martes, 10 de noviembre de 2009

Chile durante la segunda mitad del Siglo XX


La Historia de Chile del siglo XX, se ha caracterizado por períodos donde se ha podido apreciar equilibrios políticos que permitieron un alto grado de estabilidad institucional, a la preservación de los derechos, libertades y garantías individuales. No obstante, se puede observar limitaciones que fueron producidas, en parte por el colapso del mismo equilibrio y por sobre todo por las ansias de preservar un programa político y social, representado por un partido político determinado. Esto se puede explicar, en el momento de estudiar la complejidad de la sociedad del siglo XX, pues existen factores como la educación, la economía, el desarrollo de la industrialización, etc., que influyeron en el cambio de vida y de mentalidad de los sujetos sociales, de los partidos políticos y del tipo de actitud que comenzó a tomar el Estado como encargado del bienestar de la sociedad chilena; y que desgraciadamente terminó con hechos que provocaron cambios sustanciales, comenzando por las políticas administrativas y terminando con la vida social del país, que repercute hasta nuestros días. Son múltiples los motivos que desestabilizaron el juego político y el quiebre del equilibrio entre los grupos partidistas. Entre ellos, los conflictos internacionales como fue la Guerra Fría y la crítica al Partido Comunista, la dependencia de Chile a los mercados externos y que luego de la crisis del 29 llevó -al igual como a gran parte del mundo- a la inflación y a una crítica situación económica; y que en respuesta a esto se implementó nuevas ideas en cuanto al desarrollo del comercio y de la industrialización; que llevó a que los individuos puedan acceder a trabajos en estas áreas, provocando la migración a la ciudad y a la formación de poblaciones callampas. En esta perspectiva no se puede dejar de nombrar los movimientos sociales, por motivos de mejoras en asuntos laborales y principalmente por una vivienda digna; en ocasiones representadas a través del sindicalismo, que cobró gran importancia a mediados del siglo XX en Chile y las tomas de terrenos. También se involucra el nacimiento de partidos políticos; como fue la Democracia Cristiana (DC) que aspiraba a representar a toda la nación uniendo a gente de derecha y de izquierda. Las disputas por el reconocimiento de programas políticos y sociales del Frente Popular, de la DC y de la Derecha.
     A todos estos fenómenos de carácter políticos, sociales e ideológicos, hay que agregar el aspecto educativo, pues se puede ver una creciente preocupación en esta materia, en especial por el interés de que los sectores populares tengan acceso a la educación, con este fin se crearon escuelas rurales y planes de alfabetización, esto permitió a las sectores populares elevar su condición de vida e incorporase al proceso civil del país. Cada vez se vio una expansión del electorado, que desbordó a las élites partidistas. De esta forma, se puede identificar un vuelco en el sentido de la política, pues se vulva rígida y priman las consideraciones ideológicas. En lo que respecta a los 3 proyectos políticos; de la izquierda, de la derecha y del centro que se aprovechó del desarrollo de la clase media. Como primer punto se puede decir que todos los partidos políticos que presentaban sus proyectos, tenían una representación de alguna u otra manera, en el Estado. Por ende, dentro de éste se desprendió una lucha, que cada vez se fue agudizando; particularmente en los años 60, produciendo un desequilibrio de fuerzas en favor de los sujetos populares, vinculados al centro y a la izquierda; que irá en desmedro de los intereses de los empresarios, miembros de la derecha. Se puede decir, que esta situación de divergencia llevó a un proceso de democratización del sistema político.  Así se va agudizando, cada vez más, la situación del Estado de Compromiso que más que ser un mecanismo redistributivo de los ingresos y abarcador de las necesidades de las grandes mayorías, que fue fundamentalmente un elemento de cohesión y consolidación nacional. Por eso la importancia del Estado de bienestar de América Latina y en Chile, por ejemplo en el sistema educativo, en el sistema de salud; y en el de vivienda, en el desarrollo económico del país, en la alfabetización y en general en la integración de los sectores populares.
     De a poco se va poniendo fin al consenso que se había generado en la permanencia del Estado Benefactor, ya entre 1970 y 1973 la polarización social y política se convirtió en una realidad y se vinculó al predominio de los rupturismos y a la inexistencia de un centro pragmático que pudieran haber llevado a acuerdos con el gobierno de la Unidad Popular, cuestión  que el Presidente Allende en conjunto con la izquierda siempre intentaron. El resultado de la polarización fue las desligitimación del marco institucional de los conflictos y el derrumbe institucional del 11 de Septiembre. Con la dictadura que se instauró al mando del General Augusto Pinochet, comenzó una profunda reestructuración del Estado: comenzando por la cancelación de la Constitución del 25, que de muy poco favorecía al sector empresarial, pasando por la inserción de las FF.AA. en el poder, la eliminación de los individuos (políticos y actores sociales) de centro e izquierda y el posesionamiento íntegro de los sectores conservadores y/o derecha. Con esto se impuso el proyecto de la derecha enfocado a principios del Neoliberalismo. 
            Unas de las críticas respecto al gobierno de la Unidad Popular, se refiere a que supuestamente Allende no tenía condiciones para controlar el proceso y que el poder estaba en manos de los trabajadores y en sus dirigentes, pero este argumento sólo se es utilizado para avalar el golpe militar, que había venido para restablecer el orden, ‘evitando la guerra civil y el caos’. Pero esta crítica es refutable, pues es una justificación de parte del partido de derecha y de los militares, para explicar la hegemonía de sus proyectos e ideales Neoliberales. Es así como se validan utilizando un discurso en relación a los ‘problemas económicos’ que se presentaron en el país durante el gobierno de Salvador Allende y que en contraste al éxito Neoliberal fue la clave para para reestablecer el orden místico de los empresarios y de los sujetos sociales. Pero, ¿habrá sido tan beneficioso para el pueblo el establecimiento de un gobierno de facto en Chile?. Es evidente que con el posesionamiento de la derecha, los conceptos anteriormente al año 73 dejaron de predominar, como es el Estado de Compromiso, donde el Estado cumplía un rol esencial en la vida de los sujetos sociales, en diferentes ámbitos y donde se responsabilizó de una economía ‘hacia adentro’, el cual se interesaba del desarrollo interno del país, para potenciar las industrias y empresas públicas. En consecuencia, se puede afirmar que el Estado al preocuparse de los asuntos gubernamentales enfocado al bienestar de los sujetos populares, estaba haciendo lo que se espera de la figura del Estado. Más allá de caer en un juicio de valor, se puede decir que con la llegada de la derecha y militares al poder, estos principios se vieron amenazados y se intagran nuevos ideales, que no precisamente fueron en beneficios de trabajadores y gente más pobre. El sólo hecho de analizar la desaparición, tortura y exterminio de partidarios de centro e izquierda, nos da indicios de la política que querían impartir, donde no halla una amenaza por parte del pueblo, para instaurar nuevos principios (principalmente económicos).
             En suma, todos estos sucesos nos pueden llevar a explicarnos parte de nuestra realidad nacional actual, pues con la dictadura iniciada en el 73 hasta principios de los 90, cuando se instaura un gobierno ‘democrático’, representado por la Concertación, se realizan cambios sustanciales en la estructura política, económica y social del país; comenzando con la privatización de la educación, como en instituciones de educación media (colegios particulares subvencionados) y en la educación superior, todo esto respaldado por la LOCE que no ha sido derogada. También se puede nombrar el aspecto económico donde tenemos una economía abierta, donde priman cada vez más los TLC y la privatización de las empresas. Es así, a partir de la dictadura el Estado cada vez se ha ido dejando de tener un compromiso en los asuntos que afectan a la sociedad chilena. Con la llegada de la Concertación al poder –hasta nuestros días- podríamos pensar que se podrían haber realizado reformas en los asuntos que se vieron perjudicados con la presencia de la derecha, pero nos podemos dar cuenta que desde los 90’ hay un consenso relativamente estable entre los proyectos e ideales de los partidos políticos en Chile; y hasta esta fecha no se pueden visualizar claramente diferencias, ni dinamismo entre los partidos existentes, en relación por ejemplo a lo que fue en los años 60. Al parecer les conviene a los grupos partidistas mantener un ambiente estable, para mantenerse en el poder.  

Fuente: http://lisbethval.wordpress.com/2007/11/22/historia-de-chile-siglo-xx/